POSTMODERNISMO PUNK
Puede que algunos consideren este trabajo de Warren Ellis (Reino Unido, 1968) como una obra menor del extenso currículo acumulado a sus espaldas, más si tenemos en cuenta que estamos ante el creador entre otras virguerías de cosas tan chulas como The Authority, Planetary o Transmetropolitan (esta última muy del gusto de mi compañero radiofónico Ismael del Valle) sagas todas ellas que también merecen ser reseñadas en esta sección y que seguramente lo serán en un futuro próximo, pero lo cierto es que a mí, esta serie limitada de 12 números publicada entre 2002 y 2003 me dejó un espléndido sabor de boca, aunque también una sensación un tanto extraña por lo que pudo haber sido y no fue, ya no por su breve recorrido, sino por la cancelación de otros proyectos relacionados con la maxiserie. Pero no adelantemos acontecimientos y vamos por partes.
Global Frequency es una organización no gubernamental de rescate con semejante cantidad de recursos que ríete tú de Manos Unidas. Sus mil y un miembros son voluntarios civiles de nacionalidades variopintas que viven repartidos por todo el mundo y están altamente cualificados en diversas especialidades, susceptibles todas ellas de ser utilizadas en las misiones más inverosímiles en pos de rescatar a la humanidad de todo tipo de calamidades, ya sean propiciadas por otras organizaciones o gobiernos enemigos que conspiran en la sombra (una temática recurrente en casi todos los trabajos de Ellis), por desastres naturales de características esotéricas, o propiciados por grupos de terroristas fanáticos empecinados en hacernos saltar por los aires que parecen acecharnos por doquier. En las filas de la frecuencia global podemos encontrar a hackers, magos, corredores de parkour, asesinos, detectives, espías, científicos, especialistas en artes marciales o psicólogos entre muchos otros personajes que resultan ser auténticos profesionales de lo suyo. Todos ellos son coordinados y dirigidos por las dos únicas protagonistas fijas de la serie. La primera de ellas, Aleph, es una superprocesadora de datos con capacidad de realizar diferentes tareas mientras lleva a cabo varias series de deducciones complejas (lo que viene a ser una mujer de toda la vida, vamos); ella es la encargada de coordinar a los agentes más cercanos e indicados para cada una de las misiones a través de teléfonos inteligentes interconectados por vía satélite (las nuevas tecnologías también son referencia importante en la obra del autor, y en ese aspecto Global Frequency ha envejecido muy bien).
Warren Ellis pertenece a esa segunda hornada de autores británicos, de entre los que merece la pena destacar también a Garth Ennis, que desembarcaron en Estados Unidos como elefantes en una cacharrería. Como muy bien se ha escrito en alguna otra parte, si la llegada de sus congéneres e ilustres predecesores Alan Moore y Neil Gaiman sería equiparable a la de los Beatles, bien podría decirse que el punk de los Sex Pistols se hizo carne en los tebeos norteamericanos de manos de Ellis. Sus polémicas convicciones personales de las que no se oculta en ningún momento, acompañadas de una actitud personal y gamberra refrendada por unos guiones realistas, actuales y contundentes que muestran sin tapujos temas como el terrorismo, la homosexualidad, el fanatismo religioso o el racismo sin ambages ni medias tintas, hacen de la obra del autor en general y de Global Frequency en particular una lectura imprescindible para cualquier aficionado al cómic contemporáneo con mensaje incluido. Tal vez sea un mensaje cínico, escéptico y descorazonador, es cierto, pero no por ello menos realista y desafortunadamente acorde a los aciagos tiempos que nos ha tocado vivir.
Lluís Ferrer Ferrer ®
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